TERTULIA DE LOS ESCRITORES “LETRAHERIDOS DE HOSPITAL” Acta 7//2025 18-9-2025 REENCUENTRO DESPUES DE UN LARGO Y DEMASIADO CALIDO VERANO
TERTULIA
DE LOS ESCRITORES
 “LETRAHERIDOS DE HOSPITAL”
Acta  7//2025
                                                    18-9-2025
REENCUENTRO DESPUES DE UN  LARGO Y 
DEMASIADO CALIDO VERANO
ASISTENTES 
Fernando Mesquida Garrido
(Narrador)
(Autor de “Luces de Bengala. Un voluntario en el corazón
de India” y 
“Un mar de rosa y oro”) 
Mercedes Rodríguez del Castillo Martín
(Narradora)
(Autora de “Los Amados Robados” y “Legado Sentimental”)
José Tomás Liñán Tejada
(Narrador)
(Autor de “El jardín impedido” y “El moral de siempre”)
Antonio J. Tapia Gómez
(Narrador)
(Autor de “Los gatos de Estambul” y “Cuando el mar guarda
silencio”) 
Manuel Gálvez Ibáñez
(Narrador)
(Autor de “Vive. Reflexiones de
un médico de familia” , “Enamorado” y “El espanyol sefardí”)
José María Cotarelo Asturias
(Poeta)
(Autor de “La Nieve y las
campanas”, “En algún lugar de las palabras” y “El nombre de las horas perdidas”
entre otros muchos poemarios)
Francisco M. Luque Martínez
 (Narrador) 
(Autor
de “El Largo Domingo Santo” , “Ultimum Iustus”, 
“Cuento de hospital inacabado”, “Cuento de hospital
enamorado”, entre otros)
Manuel
Peña Taveras
(Poeta)
(Autor de “El café de los deseos”)
Manuela Padial Sánchez
(Poeta y narradora)
(Autora de “Mariposas”, galardonada,
entre otros muchos, con el 2º premio en el XXIII Certamen Literario de
Declaraciones de Amor)
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A las 15:00 horas, del día 18
de  septiembre de 2025,  los escritores letraheridos arriba citados se
reúnen en el Restaurante “Altamura” de Granada, para tratar el siguiente orden
del día:
-         
Reencuentro
sin orden del día, aunque sin anarquía.
            Acta breve como un aliento para los
nuevos tiempos y para  otros gustos y
paladares. Ya pasó sin pena ni gloria el barroquismo o la palabrería. Aquellas
actas poca resonancia tenían y de poco servían a tenor de lo poco que
suscitaban. Fueron demasiadas las horas para tan poca trascendencia. El tiempo
es breve, tanto para quien escribiera aquellas páginas como para quien tuviera
el ánimo de leerlas. Y no hay que abusar de bien tan escaso. Es ahora cortesía
ser breve, no acaparar un tiempo que en menesteres mejores puede emplearse.  Y uno vuelve a lo que ha hecho toda su vida:
Sintetizar, destilar. 
Es
ilusionado el reencuentro tras las calendas de un  verano, cálido y en ocasiones demasiado  encendido.
El
tema estrella de la reunión que brota sin previo aviso  es sin duda la IA que alcanza un grado  de perfección cada vez mayor, como lo
demuestra el hecho de que un poema creado por IA, con la consigna de que se
inspire en la poesía de Chema Cotarelo deja asombrado al mismo poeta:
Nos nombramos en la herida,
en la grieta donde la palabra
es más filo que caricia.
Amigos del temblor y del insomnio,
sentados en torno a una mesa
como si el mundo fuese un libro
abierto al azar de la noche.
Cada cual trae su lámpara secreta,
su mano manchada de tinta,
el rumor de ciudades perdidas
y un silencio que arde entre los dientes.
Nos une la pasión de la ceniza,
la fe en lo imposible,
el leve resplandor
de una metáfora que salva.
Y aunque afuera ruja el tiempo
y los relojes mendiguen obediencia,
seguimos siendo letraheriddos,
hermanos de la sombra y de la voz,
custodios del fuego que no muere.
Francis
plantea celebrar una fiesta de disfraces en casa de nuestra anfitriona por
excelencia Mercedes. Esta acepta encantada la propuesta y plantea que sea en el
mes de noviembre.
Fiel
a su tradición de poeta y rapsoda, Manu nos regala generosamente con la lectura
de algunos de sus poemas  como “Otoño” o
“El libro que amo”. “Leer es vivir una incierta pasión”, nos dice.
Los
Letraheridos tienen un momento entrañable dedicado al padre de Francis,
recientemente fallecido y es leído un 
emotivo poema de Chema Cotarelo en su recuerdo:
A Manuel
Luque in memoriam.
A
Francisco Manuel Luque en el afecto.
Llegaste así de pronto, oh
infausta
doblando el olvido y la
nostalgia.
Ahora ya no eres nadie, salvo
reflejos
que se pierden en los espejos de
la tarde
y en los relojes, y en las
tristes hojas de los calendarios.
Toca de nuevo poner el nombre
a los gestos, a las caricias, a
los abrazos.
Toca revisar todo lo vulnerable;
el polvo del camino, los sueños,
ese largo domingo santo.
Toca volver a esa patria
donde los olivos aún verdean
y agitan en sus troncos el
asombro de ti mismo
y en sus ramas, el amor y la
esperanza.
Ahora la ausencia es un tañido de
campanas,
un enigma, un hueco en el
asombro;
la sospecha de que todo ha
terminado.
Mas, no nos ha de faltar tiempo
para revivir tu recuerdo,
para pronunciar muy despacio tu
nombre
entre los trémulos y asustados
labios
de cuantos en tu memoria vivimos
y en tu presencia, doblando el
olvido y la nostalgia,
lloramos.
Nuestro
historiador José Tomas será el próximo ponente del mes de octubre, quien nos
ilustrará sobre las Coplas de Jorge Manrique, la figura de Garcilaso de la Vega
y otros autores renacentistas. 
Y
ahí queda amigos este acta de apenas tres páginas, que al ser breve ha de ser
doblemente buena en el decir de Gracián. Un acta que es todo un acto de
cortesía en nuestros atribulados tiempos donde lo que menos poseemos es tiempo,
y escrita por alguien  que de “actista”
pasó a ser “simplista”, para así convertir lo complicado en fácil y lo largo en
breve.
            
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