TERTULIA LITERARIA
DE LOS ESCRITORES LETRAHERIDOS DEL HOSPITAL
Tertulia
Escritores Letraheridos del Hospital Acta 15/7//2021
Miguel
Hernández, el poeta de las tres heridas.
ACTA DE LA SESION 06/21
15-7-2021
CONTERTULIOS
José María Cotarelo Asturias
(Poeta)
(Autor de “La Nieve y las campanas”)
Fernando Mesquida Garrido
(Narrador)
(Autor de “Luces de Bengala. Un
voluntario en el corazón de India)
Mercedes Rodríguez del Castillo Martín
(Narradora)
(Autora de “Los Amados Robados”)
Antonio J. Tapia Gómez
(Narrador)
(Autor de “Los Gatos de Estambul)”
Casilda Jáspez Diéguez
(Poeta)
(Autora de “Retazos de una vida
cualquiera”
colección de microrelatos)
José Tomás Liñán
(Narrador)
Manuela Padial Sánchez
(Poeta y narradora)
(Autora de "Mariposas",
galardonado con el 2º premio en el XXIII Certamen Literario de Declaraciones de
Amor)
Manuel Gálvez Ibáñez
(Narrador)
(Autor de "Vive. Reflexiones de
un médico de familia")
Siendo las 21:00 horas, del día 15 de julio de
2021, se reúnen los escritores arriba
citados en la cafetería de los paseíllos universitarios, para tratar el
siguiente orden del día:
1.- Miguel Hernández. Vida y obra del poeta de las tres
heridas, a cargo de Casilda Jáspez.
2.- Ruegos y preguntas.
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En la víspera del día de la Virgen del Carmen, patrona de
los marineros, vuelven a reunirse los letraheridos para llegar a los anhelados
puertos de la palabra y de la sensibilidad poética, esta vez de la mano de
Casi, que será nuestra Estrella de los Mares que nos guiará en la vida y obra
del gran poeta Miguel Hernández.
Desde aquí recordamos a nuestro
compañero Manolo Peña, a quien deseamos
una pronta mejoría.
Adornan
nuestra noche los vestidos blancos y floridos de Casi y Mercedes y el
originalísimo y artístico diseño de Manoli Padial.
La casualidad hace que Antonio Tapia nos ilustre
sobre un tema que guarda una estrecha relación con el poeta de hoy. Nos dice
que se encuentra leyendo sobre la Guerra Civil. Se refiere también a la
División Azul y que conoció a algunos trabajadores del Hospital San Juan de
Dios vinculados a ella.
Es
también asunto de interés en este comienzo, la nueva novela de Manuel
Gálvez, “Enamorado”, de la que nos habla el propio autor.
Manuel
Gálvez nos regala con dos palabras del léxico antiguo: “ladiño” y “enjuntos”. La palabra
“alferesía”, relacionada con la epilepsia también surge en la noche. Y este
encuentro con las palabras nos lleva a recordar los diccionarios, como son el
“Corominas”, y el diccionario de “Autoridades”, por el que Chema Cotarelo
muestra una especial predilección al recoger palabras del castellano antiguo.
Se trata del primer repertorio lexicográfico publicado por la Real Academia
Española, publicado entre 1726 y 1739.
“Se construye esta obra pensando que una lengua necesita
contar con una norma culta sustentada en el uso de los mejores escritores
(aquellos que, como se advierte en el prólogo, a juicio de la Academia «han
tratado la Lengua Española con la mayor propiedad y elegancia:
conociéndose por ellos su buen juicio, claridad y proporción, con cuyas
autoridades están afianzadas las voces», si bien se puntualiza que «no por esta
razón se dexan de citar otros [autores], para comprobar la naturaleza de la
voz, porque se halla en Autor nacional, sin que en estas voces sea su intento
calificar la autoridad por precisión del uso, sino por afianzar la voz».”
Celebramos pues que el adentrarnos en
los significados de algunas palabras nos haya traído el recuerdo de obra tan
importante y pensamos que de cabecera para que podamos depurar y mejorar
nuestra expresión literaria.
Manoli se declara una enamorada del
libro de papel, nos dice que en nada es comparable al libro digital y nos
identificamos con ella cuando nos habla del ritual de colocarlo en los
anaqueles de una librería una vez leído. Desde allí el libro nos contemplará a
la espera de una nueva consulta o relectura que nos recordará el momento de
grata compañía que nos hizo y quizás nos
descubra algún aspecto en el que no habíamos reparado en una primera lectura.
Y llega la hora de encomendar las
raciones. Dos letraheridos tienen
predilección por el bocata . Es más plebeyo. Uno de ellos confiesa que le ha
gustado frecuentar tabernas y comedores de obreros donde se servían unos buenos
pucheros para que estos trabajadores recobraran fuerzas. Es ésta también una forma de participar con
las costumbres del pueblo. Y esta
afición del letraherido actista no desentona con el poeta al que hoy
dedicaremos la velada, quien tanta poesía escribió desde el pueblo y para el
pueblo más humilde. Hoy nuestro
diligente camarero Samu nos ofrece chuletas y carrillera como lo mejor de la
carta, algo que el pueblo, en los tiempos de nuestro poeta no podría permitirse
a menudo.
Mientras tanto Mercedes nos recuerda
su reciente y memorable noche con los tunos al son de “La Bikina”, aquella canción mejicana:
“Solitaria, camina la bikina
Y la gente se pone a murmurar
Dicen que tiene una pena
Dicen que tiene una pena, que la hace llorar
Altanera, preciosa y orgullosa
No permite la quieran consolar
Pasa luciendo su real majestad
Pasa, camina y nos mira sin vernos jamás”…….
Y celebramos con ella aquellos
inolvidables momentos rodeada por los tunos y sus voces y bailando al compás de
esta canción, en una noche en la que en sintonía con su amado y admirado poeta
Manuel Machado, proclamó que siempre amaría la música, la alegría, el vino y la
vida.
Se despachan a gusto los letraheridos
con el tema sempiterno del Amor. El Amor romántico, se está convirtiendo en una
especie en extinción. Respecto al
poliamor, Mercedes nos hace una lúcida observación al preguntarnos si cuando nos
hemos enamorado de verdad, concebíamos que nuestro ser amado pudiera ser
compartido con otro. Es obvia la respuesta.
Entre los letraheridos no solo se
derrocha amor por la literatura sino también mucha humanidad. Laura, nuestra anfitriona, quien regenta la
cafetería de los paseíllos es aconsejada por el letraherido, médico de familia,
Manuel Gálvez respecto a una cuestión de salud. Es de bien nacidos ser
agradecido y somos agasajados con una invitación de buen vino y costillas.
1.-
Miguel Hernández. Vida y obra del poeta de las tres heridas, a cargo de Casilda
Jáspez.
“Llego con tres heridas, la del amor,
la de la muerte, la de la vida”. La voz de Joan Baez se levanta dulce y
melancólica en la noche como la mejor obertura, y no puede haber mejor telonera
para nuestro poeta.
Y el amor por este poeta se remonta
en Casi a muy atrás en el tiempo, como lo prueba el libro que nos ha traído,
“Recuerdos de la viuda de Miguel Hernández” de Ediciones de la Torre, y lo
atestigua una bella dedicatoria dirigida a nuestra conferenciante, quien nos ha
dado permiso para que la rescatemos del olvido:
“El rumor de la fuente entre este
paraje tan lleno de poesía me hace decir, simplemente: a ti, Casi”, fue en la
Casa Yanguas del Albaicín, en un ya muy lejano 19 de agosto de 1980, y algo en
nosotros se estremece al pensar que esta sentida dedicatoria, escrita en un
momento tan especial y delicado, ha estado esperando más de 40 años, para que,
al calor de una noche de verano y de un ramillete de amantes de la literatura,
pueda ser conocida por éstos. Y es que apenas hay ocasiones para el recuerdo de
la palabra y hoy se ha presentado al fin la ocasión para revivir esas sentidas
palabras dedicadas a nuestra Casi.
Y nos
sentimos afortunados en ir de la mano de Casi, que desde hace tanto tiempo ama
con veneración la vida y obra del poeta y
que quiere hacermos participes de una manera directa en este acto al habernos
dado a cado uno de los presentes un poema del poeta para leer a medida que
estos van siendo introducidos en el recorrido de su vida.
En la portada del citado libro, vemos
a Josefina escribiendo a máquina junto a Miguel Hernández, quien parece
dictarle unas palabras. Es de suponer que a tenor de lo que nos muestra esta foto,
esta modistilla cambiara con frecuencia la máquina de coser por la máquina de
escribir. El libro contiene una nada desdeñable galería fotográfica de la vida
del poeta
LA
HERIDA DE LA VIDA
Son alrededor de las diez y media de
la noche cuando Casi comienza su primorosa disertación sobre un poeta que nace el 30-X-1910 y muere
el 28 de marzo de 1942. Una vida corta pero apasionante, nos dice, en la que el entusiasmo, la osadía y valentía
del poeta serían notas predominantes junto a la esperanza, confianza y fe en sí
mismo; y que le llevarían a superar obstáculos en su oficio de poeta, como fue
la pronta incomprensión de su padre hacia la poesía, y a la que sin embargo se
mantendría fiel, porque sentía que era el oficio al que estaba llamado. Su
progenitor, era un tratante de ganado con un sentido muy práctico de la vida en
el que no encajaba la poesía. Su madre, mujer de carácter dulce y sosegado se
mostraba dispuesta siempre al sacrificio. Miguel pertenece a una familia
humilde pero no pobre.
Desde muy niño Miguel tiene contacto
con la naturaleza de su Orihuela natal, conoce el nombre de cada árbol, de las
plantas y las hierbas de su tierra, además de los animales. Era tremendamente observador, con un espíritu
despierto e intuitivo y todo esto que ve y vive le va a servir de material para
su obra, y nadie como él va a saber sacar partido de ello.
Paisajes de Orihuela
Paisajes de Orihuela, la naturaleza
que tanto caló en el alma del poeta.
Cabras de Orihuela
Miguel Hernández estuvo escolarizado
durante 10 años en las Escuelas del Ave María (que fundara el Padre Manjón en
Granada), sin concluir el bachiller. Los jesuitas le ofrecen una carrera
eclesiástica pero su padre la rechaza. Son tiempos en los que, en apreciación
de Antonio Muñoz Molina, más que la pobreza fue la vejación de verse a sí mismo pastoreando cabras mientras
otros con menos inteligencia natural que el continuaban en las aulas.
Era algo que sucedía en esa época en la que los
hijos de familias humildes nacían para ser mano de obra y que el reflejaría más
tarde en un poema de Viento del pueblo recitado en las voces, de Chema y Casi:
EL NIÑO YUNTERO.
Carne de yugo, ha nacido
más humillado que bello,
con el cuello perseguido
por el yugo para el cuello.
Nace, como la herramienta,
a los golpes destinado,
de una tierra descontenta
y un insatisfecho arado.
Entre estiércol puro y vivo
de vacas, trae a la vida
un alma color de olivo
vieja ya y encallecida.
Empieza a vivir, y empieza
a morir de punta a punta
levantando la corteza
de su madre con la yunta.
Empieza a sentir, y siente
la vida como una guerra,
y a dar fatigosamente
en los huesos de la tierra.
Contar sus años no sabe,
y ya sabe que el sudor
es una corona grave
de sal para el labrador.
Trabaja, y mientras trabaja
masculinamente serio,
se unge de lluvia y se alhaja
de carne de cementerio.
A fuerza de golpes, fuerte,
y a fuerza de sol, bruñido,
con una ambición de muerte
despedaza un pan reñido.
Cada nuevo día es
más raíz, menos criatura,
que escucha bajo sus pies
la voz de la sepultura.
Y como raíz se hunde
en la tierra lentamente
para que la tierra inunde
de paz y panes su frente.
Me duele este niño hambriento
como una grandiosa espina,
y su vivir ceniciento
revuelve mi alma de encina.
Lo veo arar los rastrojos,
y devorar un mendrugo,
y declarar con los ojos
que por qué es carne de yugo.
Me da su arado en el pecho,
y su vida en la garganta,
y sufro viendo el barbecho
tan grande bajo su planta.
¿Quién salvará este chiquillo
menor que un grano de avena?
¿De dónde saldrá el martillo
verdugo de esta cadena?
Que salga del corazón
de los hombres jornaleros,
que antes de ser hombres son
y han sido niños yunteros.
Miguel Hernández conoce al canónigo de la
catedral de Orihuela que se convierte en su mentor y pone a disposición sus
libros y conoce además al grupo de amigos de la tertulia de “La Tahona” de Carlos Fenoll un
chico de características similares a él,
a la que se unirían más tarde otros chicos de la clase adinerada de Orihuela
Jesús Poveda y José Marín; su gran amigo Ramón Sije
La poesía se convierte pronto en un
elemento capaz de disolver las fronteras sociales quedando solo el entusiasmo de unos jóvenes unidos por un interés común.
La aparición de Ramón Sije en la vida de Miguel
Hernández seria determinante, le
proporciona la formación académica que le faltaba y le ofrece su amplia red de contactos, necesarios para poder abrirse camino en este mundo
tan reñido en aquella época.
Miguel desea abandonar su pueblo y espera
que el servicio militar le proporcione la oportunidad para ello, pero no es
posible. Finalmente consigue marchar a Madrid para conseguir su sueño con una
carta de recomendación de su amigo Ramón Sijé. Allí vivirá momentos de gran
penuria y gran
dramatismo, como su detención en el tren de vuelta a Orihuela al viajar con un billete de beneficencia que le cedió un
amigo y que no iba a su nombre. Lo
obligan a bajarse del tren y mientras hacen las comprobaciones oportunas pasa
la noche en la cárcel. Sería la primera vez que iba a pisar una prisión y
estaría muy lejos de imaginar el largo peregrinaje que de cárcel en cárcel el destino le tenía preparado.
Las cárceles se arrastran por la humedad del mundo,
van por la tenebrosa vía de los juzgados;
buscan a un hombre, buscan a un pueblo, lo
persiguen,
lo absorben, se lo tragan.
Tras este primer viaje a Madrid vuelve
a Orihuela entendiendo que no todo el
tiempo ha sido perdido, viene con las ideas renovadas, y con muchas más ganas de seguir aprendiendo. Miguel se crece ante las
dificultades, y sale a la luz su primer libro de
poemas “Perito en lunas” en el que la poesía es considerada como un enigma que
hay que descifrar.
Manuel Gálvez nos lee la octava real nº XXXV de este
primer libro
Hay
un constante estío de ceniza
para
curtir la luna de la era,
más
que aquella caliente que aquel iza,
y
más, si menos, oro, duradera.
Una
imposible y otra alcanzadiza.
¿hacia
cuál de las dos haré carrera?
Oh
tú, perito en lunas, que yo sepa
qué
luna es de mejor sabor y cepa.
Ilustración de Ramón Fernández
Palmeral.
En 1935 encontrándose de nuevo en Madrid en la vida
de Miguel se van sucediendo los acontecimientos de una manera vertiginosa, en
todas y cada una de las facetas de su vida.
En primer lugar sufre una crisis de identidad a
nivel religioso, ideológico y afectivo. Se va
alejando tanto de su amigo Ramón como de su novia Josefina.
Conoce a Vicente Aleixandre y Pablo Neruda, que además de ofrecerle su amistad y apoyo van a ejercer una gran influencia sobre él tanto a nivel poético como de
pensamiento.
Tomando parte en las Misiones
Pedagógicas, imbuidas por el espíritu de Giner de los Rios: solo con educación
y cultura se logra el progreso de los pueblos. Fueron también unos años de
grandes satisfacciones al poder acercar la cultura a un pueblo iletrado.
La fascinación de un pueblo durante una sesión de cine de las Misiones
Pedagógicas hacia 1932.
“El rayo que no cesa” se publica en
1936 y está dedicado a Josefina pero también se deja entrever la huella de otra
mujer.
Toma
contacto con la escuela de Vallecas y comienza a colaborar con ellos. Ahí
conoce a Maruja Mallo.
Frecuenta
sitios de intelectuales y acude a eventos de la generación del 27.
En diciembre de 1935 fallece Ramón Sije, al que
le hace el mejor de los regalos que
podía hacerle, no solo al escribirle una de las más bellas elegías de la
literatura española, sino además consiguiéndole la gloria que él había deseado
haciéndolo inmortal con su poema.
Y es ahora, en las voces de Mercedes
y José Tomas, cuando la noche se viste de luto para recitar con solemnidad y
emoción la elegía por Ramón Sijé el amigo del alma de Miguel Hernández.
(En Orihuela, su pueblo y el mío,
Se nos ha muerto como del rayo Ramón Sijé
Con quien tanto quería)
Yo quiero ser llorando el hortelano
De la tierra que ocupas y estercolas
Compañero del alma tan temprano
Alimentando lluvias, caracolas
Y órganos mi dolor sin instrumentos
A las desalentadas amapolas
Daré tu corazón por alimento
Tanto dolor se agrupa en mi costado
Que por doler, me duele hasta el aliento
Un manotazo duro, un golpe helado
Un hachazo invisible y homicida
Un empujón brutal te ha derribado
No hay extensión más grande que mi herida
Lloro mi desventura y sus conjuntos
Y siento más tu muerte que mi vida
Ando sobre rastrojos de difuntos
Y sin calor de nadie y sin consuelo
Voy de mi corazón a mis asuntos
Temprano levantó la muerte el vuelo
Temprano madrugó la madrugada
Temprano está rodando por el suelo
No perdono a la muerte enamorada
No perdono a la vida desatenta
No perdono a la tierra ni a la nada
En mis manos levanto una tormenta
De piedras, rayos y hachas estridentes
Sedienta de catástrofes y hambrienta
Quiero escarbar la tierra con los dientes
Quiero apartar la tierra parte a parte
A dentelladas secas y calientes
Quiero mirar la tierra hasta encontrarte
Y besarte la noble calavera
Y desamordazarte y regresarte
Volverás a mi huerto y a mi higuera
Por los altos andamios de las flores
Pajareará tu alma colmenera
De angelicales ceras y labores
Volverás al arrullo de las rejas
De los enamorados labradores
Alegrarás la sombra de mis cejas
Y tu sangre se irá a cada lado
Disputando tu novia y las abejas
Tu corazón, ya terciopelo ajado
Llama a un campo de almendras espumosas
Mi avariciosa voz de enamorado
A las aladas almas de las rosas
Del almendro de nata te requiero
Que tenemos que hablar de muchas cosas
Compañero del alma, compañero
Nos ilustra a continuación Chema Cotarelo sobre la higuera
que cantara el poeta y que se
conserva junto a su casa natal en Orihuela.
En 1936 estalla la contienda
fraticida y durante ella Miguel se alista en
el quinto regimiento republicano, en el que realiza labores propagandísticas y
culturales, elabora un periódico, alfabetiza a las tropas, reparte el
periódico, recita
poemas para levantar la moral de las tropas republicanas, seduciendo
con sus palabras, su entusiasmo y su humanismo.
Y respecto a la poesía declara que “Me he
metido con toda ella dentro de esta tremenda España popular, de la que no sé si
he salido nunca. En la guerra, la esgrimo como un arma, y en la paz será un
arma también aunque reposada. Vivo para exaltar los valores puros del pueblo, y
a su lado estoy tan dispuesto a vivir como a morir.”
En 1937 se casa con Josefina y en
1938 viaja a Rusia a cuyo regreso le embarga una gran tristeza al comprobar que
en Europa a nadie le importa lo que sucede en España.
Durante la guerra civil se publica su
obra “Viento del Pueblo”, todo un modelo de poesía social y un ejemplo único de cómo se puede hacer poesía de compromiso
sin perder la pureza.
En 1939 nace su hijo.
LA
HERIDA DEL AMOR
Junto a Josefina Manresa, su amor
definitivo.
Miguel Hernández era un ser
tremendamente apasionado que necesitaba estar siempre enamorado, aunque se
tratara de un enamoramiento platónico. Como
sucedería con su primer amor de
juventud, se trataba de Carmen amiga de
Josefina Fenoll, ella nunca le correspondería.
Un día se
cruza con una modista llamada Josefina Manresa quien ya ha oído hablar del poeta.
Miguel se le acerca y le entrega un papel doblado en el que ha escrito “para ti” que llevaba mecanografiado un poema, cuyo fragmento dice así;
Ser onda, oficio, niña, es de tu pelo,
nacida ya para el marero oficio;
ser graciosa y morena tu ejercicio
y tu virtud más ejemplar ser cielo.
y que es el comienzo de una relación con el poeta a pesar de
un periodo de ruptura, en el que Miguel conoce el amor carnal por vez primera
en su relación erótica con la pintora Maruja Mallo, a quien dedica la mayoría
de los poemas de “El rayo que no cesa”. Aunque muy pronto surgirían las
desavenencias. Mientras Miguel se va enamorando, de hecho va a ser
una experiencia muy importante para él, Maruja vivía la relación como una de
tantas sin pretensión de compromiso
La pintora Maruja Mallo
Y es ahora cuando se escucha la voz
de nuestro letraherido Javier Castejón, quien no ha podido estar con nosotros
esta noche y nos ha enviado un audio en el que nos recita con dramático acento
un poema en el que se reflejan las emociones de Miguel en aquel tiempo:
i corazón desmesura
Como el toro he nacido para
el luto
Y el dolor, como el toro
estoy marcado
por un hierro infernal en el
costado
y por varón en la ingle con
un fruto
Como el toro lo encuentra
diminuto
todo mi corazón desmesurado,
y del rostro del beso
enamorado,
como el toro a tu amor se lo
disputo.
Como el toro me crezco en el
castigo,
la lengua en corazón tengo
bañada
y llevo al cuello un
vendaval sonoro.
Como el toro te sigo y te
persigo,
y dejas mi deseo en una
espada,
como el toro burlado, como
el toro.
Maria Cegarra
Y en la vida sentimental del poeta
surge otra mujer, María Cegarra, poeta, culta, aunque menos sofisticada que
Maruja y con quien comienza una relación epistolar en la que Miguel le propone que se vaya a
Madrid y a la que ella tras algunas vacilaciones termina por rechazar
Nos recita ahora Manoli un nuevo poema de “El rayo que no cesa”
¿Recuerdas aquel cuello, haces memoria
del privilegio aquel, de aquel aquello
que era, almenadamente blanco y bello,
una almena de nata giratoria?
Recuerdo y no recuerdo aquella historia
de marfil expirado en un cabello,
donde aprendió a ceñir el cisne cuello
y a vocear la nieve transitoria.
Recuerdo y no recuerdo aquel cogollo
de estrangulable hielo femenino
como una lacteada y breve vía.
Y recuerdo aquel beso sin apoyo
que quedó entre mi boca y el camino
de aquel cuello, aquel beso y aquel día.
María Zambrano
Importante es en la vida del poeta la
pensadora María Zambrano quien le introduce en el ambiente intelectual de
Madrid y con quien pasea por la orilla del Manzanares charlando y consolándose ambos de sus respectivos desengaños amorosos.
La filosofa diría de Miguel, “Era un
creyente y creyó siempre en el rayo que no cesa en el amor que no acaba”
Y un nuevo poema, surge
en la noche:
¿No cesará
este rayo?
¿No cesará
este rayo que me habita
el corazón de
exasperadas fieras
Y de fraguas
colérica y herreras
donde el metal
más fresco se marchita?
¿No cesará
esta terca estalactita
de cultivar
sus duras cabelleras
como espadas y
rígidas hogueras
hacia mi
corazón que muge y grita?
Este rayo ni
cesa ni se agota:
de mi mismo
tomó su procedencia
y ejercita en
mí mismo sus furores.
Esta obstinada
piedra de mi brota
Y sobre mi
dirige la insistencia
de sus
lluviosos rayos destructores
En
lo que podríamos considerar el colofón de la vida sentimental de Miguel
Hernández, el poeta decide reiniciar su noviazgo con Josefina, con quien se
casa por lo civil y tiene un hijo.
LA
HERIDA DE LA MUERTE
El
19 de abril de 1939, al cruzar la frontera de Portugal, Miguel Hernández es
detenido y torturado. Iniciando un recorrido carcelario que marcará agriamente sus últimos años. Su condena a
muerte se le conmuta por una pena de 30 años de prisión. Le piden que reniegue
de su pasado, pero Miguel no está dispuesto a renunciar a sus ideas. Accede a
casarse con Josefina por la Iglesia. Y al morir exclama: “¡Ay Josefina, hija,
qué desgraciada eres!”
De
estos últimos años son sus “Nanas de la cebolla” y su “Canción última” que nos
recita Antonio Tapia:
Pintada, no vacía:
pintada está mi casa
del color de las grandes
pasiones y desgracias.
Regresará del llanto
adonde fue llevada
con su desierta mesa
con su ruinosa cama.
Florecerán los besos
sobre las almohadas.
Y en torno de los cuerpos
elevará la sábana
su intensa enredadera
nocturna, perfumada.
El odio se amortigua
detrás de la ventana.
Será la garra suave.
Dejadme la esperanza.
La
unión de los cuerpos del hombre y la mujer queda expresada magistralmente en el
poema Hijo de la luz y de la sombra.
III
(Hijo de la luz y de la
sombra)
Tejidos en el alba, grabados,
dos panales
no pueden detener la miel en los pezones.
Tus pechos en el alba: maternos manantiales,
luchan y se atropellan con blancas efusiones.
Se han desbordado, esposa,
lunarmente tus venas,
hasta inundar la casa que tu sabor rezuma.
Y es como si brotaras de un pueblo de colmenas,
tú toda una colmena de leche con espuma.
Es como si tu sangre fuera
dulzura toda,
laboriosas abejas filtradas por tus poros.
Oigo un clamor de leche, de inundación, de boda
junto a ti, recorrida por caudales sonoros.
Caudalosa mujer: en tu
vientre me entierro.
Tu caudaloso vientre será mi sepultura.
Si quemaran mis huesos con la llama del hierro,
verían qué grabada llevo allí tu figura.
Para siempre fundidos en el
hijo quedamos:
fundidos como anhelan nuestras ansias voraces:
en un ramo de tiempo, de sangre, los dos ramos,
en un haz de caricias, de pelo, los dos haces.
Los muertos, con un fuego
congelado que abrasa,
laten junto a los vivos de una manera terca.
Viene a ocupar el hijo los campos y la casa
que tú y yo abandonamos quedándonos muy cerca.
Haremos de este hijo
generador sustento,
y hará de nuestra carne materia decisiva:
donde sienten su alma las manos y el aliento
las hélices circulen, la agricultura viva.
Él hará que esta vida no
caiga derribada,
pedazo desprendido de nuestros dos pedazos,
que de nuestras dos bocas hará una sola espada
y dos brazos eternos de nuestros cuatro brazos.
No te quiero a ti sola: te
quiero en tu ascendencia
y en cuanto de tu vientre descenderá mañana.
Porque la especie humana me han dado por herencia,
la familia del hijo será la especie humana.
Con el amor a cuestas,
dormidos y despiertos,
seguiremos besándonos en el hijo profundo.
Besándonos tú y yo se besan nuestros muertos,
se besan los primeros pobladores del mundo.
En
su poema “Eterna Sombra”, Miguel apuesta finalmente por la esperanza y la vida.
Casi y Chema nos recitan el último poema de la noche.
Yo que creí que la luz era mía ligera, redonda, granada: Cárdenos ceños, pasiones de luto, |
Y concluida la exposición sobre el
gran poeta, Manoli expresa lo que está
en el sentir de todos, al referirse a lo
maravilloso que ha sido sentir como si el poeta hubiera estado esta noche con
nosotros, como si nunca hubiera muerto.
Nos hemos sumergido en su poesía, que
nos ha hecho mirar dentro de nosotros, añade Manuel Gálvez
(Nos comenta nuestro
experto en flamenco Antonio Tapia que la cantaora catalana Maite Martín ha
grabado canciones de Miguel Hernández)
2.-
Ruegos y preguntas.
Chema Cotarelo propone realizar
actividades de los letraheridos abiertas al público en general, tales como
lecturas, presentaciones de libros, etc.
Mercedes nos habla, para estos u
otros eventos, del elegante Café Salón Continental, sito en la calle Seminario
11 de nuestra ciudad, muy cerca de la librería Picasso.
Artístico rincón del Café Continental
Se propone celebrar en septiembre la
próxima sesión sobre poesía y flamenco a cargo de Antonio Tapia, y comenzar a
las 8 de la tarde, para así poder dar tiempo al trasnoche flamenco posterior.
Ruega Mercedes que esta sesión no se
celebre entre los días 14 y 22 de septiembre, por encontrarse de viaje.
Concluye la velada con la firma de
libros a cargo de nuestro letraherido Manuel Gálvez, con su nueva obra
“Enamorado” y la degustación de una ensaimada que el actista ha traído de su
isla natal para convidar a los letraheridos.
Y con muchos más asuntos por tratar y
páginas por escribir, se levanta la sesión al filo de la medianoche.
Casi nos transmitió ese
fervor por Miguel Hernández
que no cesó y nos iluminó
toda la velada
Los letraheridos acompañados por
personal de la cafetería,
que quisieron compartir con nosotros el
recuerdo de la velada.
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